Región Planar Interna

De Los Caminos de Airalar
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En el multiverso, anidada alrededor de la Región Planar Central se encuentra la antigua y fundamental Región Planar Interna. Esta región, más antigua que todas las demás partes del multiverso, es el crisol primigenio del que todo fue moldeado. Su existencia precede al resto de la cosmología, y es aquí donde los elementos básicos y las energías para el resto de los planos continúan siendo proporcionados, manteniendo la misma estructura de la creación.

La Región Planar Interna no es solo una colección de fuerzas elementales, sino un vasto y complejo tapiz de existencia, tejido desde la misma esencia de las energías primordiales. Más allá de los seis planos principales, cada uno representando la forma más pura de un tipo de elemento o energía, hay una mayor cantidad de planos que representan la combinación primordial de dos elementos, o de un elemento y un tipo de energía. Pero incluso más allá de esos, se encuentra una expansión casi infinita de semiplanos, que son el resultado de la compleja interacción y fusión de las fuerzas elementales y energéticas primarias, creando un paisaje rico y en constante cambio de posibilidades.

Imagina la Región Planar Interna como una paleta de artista, donde los colores primarios son los planos principales, vibrantes y distintos. Pero así como un artista mezcla colores para crear nuevos matices y tonos, las fuerzas dentro de esta región se mezclan y fusionan para formar semiplanos, cada uno único en su composición y carácter. Estos semiplanos no son meros derivados, sino reinos completos por derecho propio, cada uno albergando sus propios misterios, habitantes y leyes de la naturaleza.

La Región Planar Interna, con sus planos principales y sus innumerables semiplanos, representa el potencial bruto de la creación, donde los límites de la realidad no solo son empujados, sino completamente reimaginados. Es un lugar donde la misma esencia de la existencia se teje, desteje y vuelve a tejer, ofreciendo infinitas posibilidades para la exploración, la aventura y el descubrimiento.

Los Planos de Energía

Los Planos de Energía encarnan las fuerzas fundamentales de la creación y la destrucción. El Plano de Energía Positiva es un reino radiante y vivificante, esencial para la vitalidad de los seres vivos, pero abrumador en su abundancia descontrolada. En marcado contraste, el Plano de Energía Negativa emana una oscuridad entrópica, un vacío donde la vida se marchita, representando el fin último de toda existencia. Estos planos no son meramente fuentes de energía bruta, sino entornos complejos, llenos de fenómenos y entidades únicas, cruciales en el equilibrio y ciclo de la vida y la muerte cósmicas.

Hay dos Planos de Energía:

  • El Plano de Energía Positiva: Este reino es un brillante tapiz de luz y vitalidad, donde cada respiro está impregnado con el potencial para el crecimiento y la rejuvenecimiento. El Plano de Energía Positiva es la fuente de la vida, un recurso inagotable de sanación y renovación. Sus paisajes luminosos son impresionantes, pero peligrosamente abrumadores, ya que la fuerza vital desenfrenada que impregna este plano puede vigorizar tan rápidamente como puede obliterar, otorgando vida en abundancia o causando que la vida se expanda en un crecimiento desmedido e incontrolado.
  • El Plano de Energía Negativa: Un reino de entropía y disolución, donde las sombras reinan sobre un vacío de desolación y decadencia. Este plano es la antítesis de la vida, un dominio donde la misma esencia de la existencia se deshace y consume. Es un lugar de inquietante tranquilidad y declive inexorable, donde la ausencia de vida y luz no es meramente un vacío sino una fuerza tangible. El Plano de Energía Negativa posee la escalofriante atracción del fin último, empuñando el poder de erosionar, agotar y extinguir.

Los Planos Elementales

Los Planos Elementales representan las fuerzas primordiales de la naturaleza. Cada plano, Fuego, Agua, Tierra y Aire, ejemplifica una esencia elemental en su forma más pura, creando entornos de condiciones extremas. El Plano de Fuego arde con fuegos interminables, el Plano de Agua abarca vastos océanos inexplorados, el Plano de Tierra es un reino de cavernas sin fin, y el Plano de Aire es un cielo abierto con islas flotantes. Estos planos no solo son fuentes de magia elemental, sino también hogar de diversos seres elementales, moldeando la naturaleza fundamental del universo.

Hay cuatro planos elementales:

  • El Plano Elemental de Fuego: Una extensión de conflagración incesante y fuerza vital ardiente. Es un dominio donde el suelo cruje con el calor de las brasas y el aire vibra con el calor de mil soles. Aquí, el fuego no es destrucción, sino un artista dinámico, esculpiendo el paisaje con llamas que bailan al ritmo de la creación y la transformación. Los habitantes de este reino son tan resilientes y animados como las llamas que los rodean, encarnaciones vivientes de la energía feroz y la voluntad indomable del plano.
  • El Plano Elemental de Tierra: Un bastión de solidez y resistencia, un reino donde cada grano de suelo y fragmento de mineral resuena con la esencia de la estabilidad. Es un paisaje de roca eterna, mineral y cavernas interminables, donde el concepto de cambio se mide en milenios en lugar de momentos. Los habitantes de este plano son encarnaciones de la resistencia y la fuerza, tan firmes e inquebrantables como el suelo bajo sus pies.
  • El Plano Elemental de Agua: Un reino de fluidez y profundidad, donde las corrientes llevan los secretos de lo desconocido y el ritmo de las mareas resuena con el pulso del cosmos. Este plano es un mundo de infinitos tonos de azul, donde cada ola es una melodía y cada onda un susurro. Los seres que habitan en este paisaje en constante cambio son tan enigmáticos y adaptables como el agua que los acuna.
  • El Plano Elemental de Aire: Un cielo sin límites, una extensión de libertad donde los vientos bailan con las corrientes de posibilidad. Este reino es un espectáculo siempre cambiante de nubes y tormentas, brisas serenas y vendavales furiosos. En este dominio, la esencia del movimiento y el cambio es palpable, con cada ráfaga sosteniendo el aliento de la aventura y los susurros de tierras lejanas. Los habitantes de este plano son tan libres de espíritu y elusivos como el mismo viento, moviéndose con gracia y propósito en el azul infinito. El Plano de Aire es un dominio donde el horizonte es interminable y el cielo es el lienzo para los sueños de aquellos lo suficientemente audaces para volar.

Los Planos Paraelementales

Los Planos Paraelementales surgen de la fusión de dos Planos Elementales, creando entornos únicos y complejos. Estos planos, Humo, Magma, Vapor, Lodo, Arena y Hielo, combinan las características de sus elementos padres, resultando en reinos diversos y, a menudo, volátiles. Estos planos híbridos albergan una variedad de criaturas y fenómenos, encarnando la mezcla de fuerzas elementales, y juegan un papel crucial en el equilibrio ecológico del universo. En estos planos, la dominancia elemental se reduce.

Hay seis Planos Paraelementales:

  • El Plano Paraelemental de Lodo: Un dominio dominado por pantanos, ciénagas y terrenos fangosos interminables. Este plano, envuelto bajo un cielo perpetuamente gris oscuro, se caracteriza por su naturaleza traicionera y enigmática. El paisaje es predominantemente plano, salpicado solo por colinas de arcilla ocasionales, con movimiento severamente obstaculizado por el suelo espeso y viscoso que amenaza con tragar a los incautos.
  • El Plano Paraelemental de Arena: Un desierto interminable de dunas cambiantes y paisajes de arena dura y plana. Las características definitorias del plano son su omnipresente arena y los poderosos vientos que esculpen el terreno en formas siempre cambiantes. Único en este reino, la arena fluye como corrientes de río, y el cielo mismo irradia luz, creando un ciclo de luz y oscuridad distinto de cualquier día y noche impulsado por el sol.
  • El Plano Paraelemental de Magma: Un reino caracterizado por sus profundos y escarpados barrancos, ríos de lava fluida y constante actividad volcánica. Majestuoso pero amenazante, el paisaje está salpicado de imponentes estructuras de obsidiana que se elevan desde la tierra fracturada. La temperatura del plano fluctúa dramáticamente, desde zonas de intenso calor capaces de derretir materiales no mágicos hasta áreas algo más suaves donde la roca sólida resiste las condiciones abrasadoras.
  • El Plano Paraelemental de Hielo: Un paisaje gélido y desolado dominado por el hielo. Este plano se caracteriza por montañas de hielo imponentes, glaciares expansivos, profundas grietas y majestuosas agujas de hielo, todo envuelto en una atmósfera de frío extremo. El clima es implacable, con fuertes ventiscas y temperaturas heladas que presentan desafíos significativos para la vida y la navegación. Capas delgadas de hielo a menudo ocultan grietas traicioneras, haciendo que cada paso sea un posible peligro.
  • El Plano Paraelemental de Vapor: Un mundo envuelto en una cálida y densa niebla. Este plano es una extensión de vapor interminable, donde la visibilidad a menudo se restringe a unos pocos pies, creando un mundo donde la vista es menos confiable que otros sentidos. Aunque ciertas regiones pueden exhibir calor potencialmente letal, la mayoría del plano ofrece una atmósfera cálida y húmeda, llena de aire denso con vapor, un entorno ligeramente desafiante para los viajeros.
  • El Plano Paraelemental de Humo: Un reino inhóspito y desolado, que se extiende interminablemente como un páramo plano y sombrío bajo un cielo perpetuamente gris. Este plano está envuelto en nubes oscuras y brumosas, con el suelo hecho de humo solidificado, fracturado e inestable. Columnas gruesas de humo brotan periódicamente de las fisuras, añadiendo al carácter peligroso del plano. La falta de puntos de referencia típicos en este paisaje crea una profunda sensación de aislamiento y monotonía.

Los Planos Cuasielementales

Los planos cuasielementales son intersecciones fascinantes de los planos elementales y de energía, que encarnan aspectos perfeccionados o decaídos de sus elementos base. Estos planos representan la fusión dinámica de fuerzas primordiales, creando entornos tanto maravillosos como traicioneros. Cada plano, único en su manifestación, ofrece una visión del poder bruto y el equilibrio intrincado de las interacciones elementales y energéticas. Estos reinos son más que meras extensiones de sus contrapartes elementales; son entornos complejos, llenos de fenómenos moldeados por la interacción de la esencia elemental y la energía cósmica.

  • El Plano Cuasielemental de Resplandor: Un espectáculo de colores vibrantes y brillo intenso, donde partículas energéticas se mueven a alta velocidad, colisionando para formar materia sólida conocida como piedraluz. Algunas de estas formaciones de piedraluz han crecido lo suficiente como para albergar asentamientos, ofreciendo un marcado contraste con la naturaleza peligrosa del plano.
  • El Plano Cuasielemental de Niebla: Un reino de belleza etérea, envuelto en una niebla perpetua que brilla suavemente. El plano desafía la estructura convencional, careciendo de un suelo propiamente dicho y abrazando una gravedad que se adapta a la voluntad de sus habitantes, permitiendo que los objetos floten suavemente en serenas corrientes de niebla. Sorprendentemente hospitalario, el plano ofrece un clima frío pero no peligroso, proporcionando una atmósfera serena y mística.
  • El Plano Cuasielemental de Relámpago: Un reino de actividad incesante y energía bruta. Es un mundo donde las corrientes de aire giran entre vastas nubes oscuras ionizadas, iluminadas solo por las descargas eléctricas continuas que crean un suave resplandor blanco. El paisaje del plano es un espectáculo de clima dinámico, caracterizado por rayos de intensidad y duración variables, algunos instantáneos y otros extendiéndose por vastas distancias durante períodos prolongados. Los relámpagos en bola, mortales al tacto, añaden a los fenómenos únicos del plano, junto con ríos de plasma que atraviesan los cielos abiertos.
  • El Plano Cuasielemental de Cristal: Este reino es una vasta extensión brillante donde cada superficie brilla como las gemas más finas, proyectando luz en un asombroso conjunto de colores. Formaciones masivas de cristal dentado dominan el paisaje, que van desde espirales imponentes hasta cavernas expansivas, desde pequeños espacios confinados hasta majestuosas cámaras tipo catedral. Estas estructuras cristalinas varían en su claridad y color, con algunas ofreciendo ventanas translúcidas al mundo exterior y otras brillando con tonos ricos y profundos.
  • El Plano Cuasielemental de Cieno: Un paisaje de cieno denso y viscoso. Esta vasta extensión, que va desde fangales espesos y pegajosos hasta áreas fluidas parecidas a pantanos, no solo es traicionera debido a su terreno turbio, sino también por la constante emisión de humos corrosivos. El aire, denso con estos vapores tóxicos, representa una amenaza respiratoria significativa y añade una capa de peligro a un entorno ya desafiante.
  • El Plano Cuasielemental de Polvo: Una encarnación de desolación y decadencia, una vasta extensión donde la sequedad y la desintegración reinan supremas. Este reino, caracterizado por su paisaje monocromático de dunas interminables de polvo fino y polvoriento, representa la finalidad de la erosión. El aire es árido y está cargado con una neblina perpetua de diminutas partículas de polvo, llevando consigo los restos de civilizaciones y paisajes olvidados, todos reducidos a su forma más básica, similar al polvo.
  • El Plano Cuasielemental de Ceniza: Un reino de desolación inquietante, una extensión interminable donde la fría ceniza gris cubre el paisaje, creando una escena de quietud fantasmal. Características distintivas puntúan este páramo de ceniza: géiseres de ceniza estallan periódicamente, enviando columnas de ceniza fría y brasas apagadas hacia el cielo, mientras llamas congeladas, estructuras cristalinas de fuego suspendido, proyectan una luz fantasmal sobre el terreno. Montañas de carbón se elevan desde la ceniza, significando potencial para combustible y renacimiento en medio de la decadencia, y ríos de ceniza más caliente serpentean, añadiendo un elemento dinámico a la extensión de otra manera inmóvil. Cañones profundos y resonantes amplifican incluso los sonidos más débiles, realzando el aura inquietante del plano.
  • El Plano Cuasielemental de Miasma: Una encarnación de decadencia, corrupción y enfermedad. Este plano está perpetuamente envuelto en una espesa niebla verdosa conocida como niebla miasma, famosa por sus propiedades nocivas. El paisaje del plano es sombrío, presentando principalmente los restos corruptos de materia que derivan de otros planos. Islas flotantes de decadencia o vegetación contaminada derivan ocasionalmente a través de la niebla interminable, desintegrándose gradualmente hasta convertirse en parte de la misma niebla miasma.

Los Semiplanos Omnimentales

Los Semiplanos Omnimentales son reinos extraordinarios formados por la fusión de tipos elementales, cuasielementales, paraelementales y energéticos. Estos planos complejos encarnan la convergencia de múltiples fuerzas fundamentales, creando entornos de diversidad y imprevisibilidad sin igual. En estos reinos, la esencia misma del fuego, agua, tierra, aire y diversas energías se entremezclan, dando lugar a fenómenos físicos y metafísicos únicos. Los Semiplanos Omnimentales ofrecen un escenario dinámico para aventuras, donde las reglas de la naturaleza son redefinidas por la danza intrincada de la interacción elemental y energética. A diferencia de los planos de energía, elementales, paraelementales y cuasielementales, que son bien conocidos y estudiados, existe tal variedad y cantidad de Semiplanos Omnimentales que es muy difícil tener una lista completa adecuada. Los siguientes solo enumeran algunos ejemplos bien conocidos de Semiplanos Omnimentales, pero se sabe que existen muchos más, y los viajeros planares siempre parecen poder identificar más.

  • El Semiplano Omnimental de Óxido: El Semiplano Omnimental del Óxido es un reino donde la Tierra, el Aire y la energía negativa se entrelazan, creando una atmósfera de decadencia y corrosión implacables. Este plano es un testimonio de la impermanencia de la materia, donde los elementos metálicos y terrenales están en un estado perpetuo de descomposición, sucumbiendo lentamente al inquebrantable agarre de la energía negativa. El aire en este paisaje desolado está cargado con el olor de la oxidación, y el suelo está lleno de restos de estructuras y objetos que una vez tuvieron forma y función, pero que ahora yacen en ruinas, superados por la marcha inevitable de la entropía.
  • El Semiplano Omnimental de Suelo: Este plano único es una celebración de la fertilidad, con una gama diversa de suelos que van desde los oscuros y ricos en nutrientes hasta las arcillas densas que retienen la humedad, todos pulsando con la promesa de crecimiento y renovación. Vastas llanuras de musgo y líquenes se despliegan como una alfombra verde, salpicadas de árboles imponentes con raíces profundas e interconectadas, helechos delicados y una intrincada red de hongos, cada elemento un testimonio de la intrincada red de la vida. La atmósfera está saturada con el aroma terroso de suelo húmedo y vegetación fresca, y el suave susurro de las hojas en armonía con el murmullo suave del viento crea una sinfonía que celebra la esencia vibrante del plano.
  • El Semiplano Omnimental de Tormentas: Dominado por cielos siempre cambiantes y dinámicos que van desde una claridad cristalina hasta tormentas tempestuosas, este plano es un teatro de fuerzas naturales en movimiento perpetuo. Las nubes se tejen y bailan a través de un mar infinito, sus formas cambiando continuamente en un ballet eterno. El aire vibra con el zumbido de la electricidad, interrumpido por la sinfonía de la lluvia que varía desde suaves lloviznas hasta aguaceros torrenciales, cada gota contribuyendo al ciclo vital del plano. Tormentas majestuosas iluminan periódicamente los cielos, sus relámpagos un testimonio del poder bruto y la fuerza creativa de la naturaleza.
  • El Semiplano Omnimental de Sal: Un paisaje impregnado de una extraordinaria diversidad de sales, desde la sal común hasta los sulfuros exóticos. Este plano ofrece un panorama de formaciones salinas, desde los blancos deslumbrantes de los salares hasta los colores vibrantes de las estructuras cristalinas teñidas por varias sales minerales. El aire lleva un caleidoscopio de aromas, desde el agudo tang de la sal hasta el aroma penetrante del azufre, creando una atmósfera tan alienígena como cautivadora. El terreno es un mosaico de sales y depósitos sulfurosos, brillando como gemas bajo un amplio cielo o pintando el suelo en tonos de amarillo, naranja y rojo. Los cuerpos de agua, cuando están presentes, son piscinas ricas en minerales, cuyas superficies reflejan los colores surrealistas de su entorno.
  • El Semiplano Omnimental de Cristal: Este plano es un lienzo de vastos paisajes de cristal brillantes, nacidos de la fusión ardiente de arena y tierra, meticulosamente esculpidos por el aire y vivificados por la energía vital. El terreno es un espectáculo de diversidad, que va desde superficies suaves y espejadas que reflejan el cielo dinámico, hasta elaboradas formaciones cristalinas que dispersan la luz en un espectro de tonos arcoíris. El aire lleva un zumbido cálido y armonioso, resonando con la energía positiva que impregna el plano. Espirales imponentes y frágiles bosques de cristal invocan un sentido de asombro, mientras el suave tintineo del cristal en la brisa proporciona un telón de fondo melódico a este reino frágil. Aquí, la luz es una fuerza transformadora, con los rayos del sol proyectando el paisaje en un caleidoscopio cambiante de color y brillo, capturando la esencia de la belleza y la fragilidad en una delicada danza de luz y cristal.