Plano Cuasielemental de Cieno
El Plano Cuasielemental de Cieno, uno de los planos en la Región Planar Interna , es un dominio enigmático y en constante transformación, donde la energía negativa y el agua se fusionan en un mundo de paisajes densos y viscosos. Este plano es una vasta extensión de fango, que varía desde ciénagas espesas y pegajosas hasta áreas fluidas y parecidas a pantanos. Se caracteriza no solo por su traicionero y turbio terreno, sino también por la constante emanación de vapores corrosivos, añadiendo una capa peligrosa al ya de por sí arriesgado entorno. El aire está cargado con estos vapores tóxicos, dificultando la respiración y representando una amenaza persistente para todos los que lo atraviesan.
Navegar por el cieno es inherentemente peligroso. La pegajosidad del terreno puede atrapar a los viajeros, impidiendo el movimiento y haciendo que escapar sea un desafío. Bajo su engañosa superficie se esconden sumideros ocultos y poderosas corrientes subterráneas, listas para arrastrar a los incautos a sus profundidades. La naturaleza corrosiva tanto del cieno como de sus vapores representa un riesgo continuo, capaz de deteriorar materiales orgánicos y erosionar el equipo con el tiempo.
Los habitantes del Plano de Cieno se han adaptado de manera única a sus condiciones hostiles. Los más comunes son los cienos vivientes de varios tipos. Estos seres varían desde entidades simples, similares a amebas y cubos gelatinosos, hasta criaturas complejas y sentientes, a menudo con formas amorfas o fluidas. Son expertos en navegar y sobrevivir en un entorno que sería letal para otros, y sus interacciones pueden variar ampliamente, desde indiferentes hasta agresivamente territoriales. Su existencia es un testimonio de la diversa y resiliente naturaleza de la vida, incluso en los entornos más inhóspitos.
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Una fragua alquímica de baba