Cosmología
En el vasto tapiz de la existencia, el multiverso revela sus misterios a través de una estructura de complejidad y belleza incomparables, conocida por los eruditos y místicos como la Cosmología de Anillos Arbóreos. Este modelo cósmico presenta la existencia como una serie de regiones concéntricas, semejantes a los anillos de crecimiento de un árbol antiguo y eterno, cada anillo marcando una capa distinta de la realidad, una faceta única del vasto multiverso. Esta disposición no es casual y no es una descripción puramente metafórica, ya que todo el multiverso existe sostenido por las ramas de Sylvawyn, el Árbol Cósmico de la Existencia.
Cada una de las regiones anulares despliega sus propios reinos, cada uno con sus propias características y habitantes. En el núcleo de esta intrincada estructura se encuentra la Región Planar Central, la cuna de la realidad tangible, donde mundos como Nyrus laten con la vibrante danza de la vida, las civilizaciones suben y caen, y las historias de innumerables seres se desarrollan bajo la mirada de estrellas y dioses. Esta región, familiar pero llena de misterios, sirve como ancla para los innumerables planos que la rodean.
Rodeando la Región Planar Central está la Región Planar Interna, un dominio de fuerzas elementales crudas y energías primigenias. Aquí, los planos de Fuego, Agua, Tierra, y Aire convergen y chocan en un espectáculo interminable de creación y destrucción. Esta región es un testimonio del poder indómito de la naturaleza, un reino donde los bloques fundamentales de la realidad son moldeados por la forja elemental.